02. La llamada


Es la una de la mañana, el cambio de guardia se está haciendo en estos momentos y uno de ellos me está mirando de reojo, pero yo sigo escribiendo para que no sospeche de que vamos a llamar al exterior...
***
El teléfono comunica. Silencio.
-¿Hola?
Responde una voz femenina.
-¿Si?¿Diga?
-Soy Coteru, ¿se puede poner Medor? Por cierto le oigo mal.
-Medor no está...
Se escucha de fondo un agudo grito de terror tras el teléfono: ¡Noo! y un estruendoso golpe que paró en seco el grito. Sea el ente que fuere quien gritó, había muerto. El pánico enervó tanto a Coteru como a Neivus y a Aleia.
-¿Qué pasa ahí? ¿Quien es usted? ¿¡¿Me escucha?!?
-¡Que está pasando aquí dentro!
El grito alertó al guardia que comenzaba su turno, y los jóvenes intentaron esconder discretamente el teléfono.
-¿A quien gritábais?
-¡Usted!, sí, ¡usted! ¿Quien es? - Alcanza a improvisar Coteru
-¿A qué viene...?
El guarda mira a Aleia, que estaba concentrada escuchando unos misteriosos susurros que provenían del teléfono, y sospecha que no iba con él la cosa.
-¡Tú, jovencita, por qué estás tan concentrada? ¿Qué tramas?
El plan de esconder e teléfono ah fracasado. Han de hacer algo, así que Neivus se levanta...
-¡Qué demonios estáis tramando! - Grita el guarda devorado por la actitud intrigante de los presos.
Pi... Pi... Pi... Pi... En el otro lado del teléfono cortan la conversación.
-Dame eso que está sonando ahora mismo. Venís conmigo y con el mendigo ese al que estamos interrogando.
-¡Es mi hermano! - Salta Coteru - Y no es un mendigo, han sido vuestras bestias, que le han rasgado la ropa!
***
En un lugar no muy lejano, allá en el faro de Rediton donde llamaban, el cadáver de un trasgo yacía sobre el suelo con las vértebras partidas, y otro se encuentra arrodillado ante él, pidiendo clemencia.
-¡Qué ahs hecho Semy...!
-¡Cállate Lukero! Como pronuncies mi nombre te pasará como a tu amigo... y procura no hacer demasiado ruido, no vaya a ser que me enfade y degüelle a tu amo.
Un golpe hizo temblar nuevamente el faro. El trasgo se golpeaba la cabeza con el suelo, y un río de sangre brotó de ella, alimentando más el tono del suelo junto al cadáver de su amigo.
-¡Semyazza, Semyazza, Semy...!
Una soga apareció en el cuello del trasgo y apretó hasta dejarlo inconsciente.
-Reza no haber muerto - Dijo la demonio
-Mis trasgos! - Medor coemnzó a llorar, en su incómoda postura de preso en su propio faro, una víctima más de la ira del rey.

3 comentarios:

Lum dijo...

Buahjajajajajajajajajajajaja (risa nerviosa, medio loca por la emoción)
Me ha encantadoooo, ¡qué ganas de la próxima parte!

Unknown dijo...

Dedicado a tí =) un abrazo y.... ¡feliz cumpleaños! ^^

Lum dijo...

Muchísimaaas graciaaas^^