03. Mensaje en una botella #1



[Dos años antes]
Una chica caminaba por la orilla. Esa tarde tenía un deje nostálgico, una corazonada, un mal augurio, y sobre todo dolor de cabeza. Caminaba por la orilla para olvidar, para ver las olas pasar y así sus recuerdos calmar. Hacía tiempo que no tenía noticias de su mejor amigo.


Éste optó por la marina desde chico, y nada más cumplir los 16 se alistó en el Uldaimonthir. El Uldaimonthir era una carabela centenaria, dedicada a la escolta y al transporte de víveres. Rondaba el mar Hënsen y algunos ríos de gran caudal, pero desde que el chico se alistó para servir de marinero, algo le ha pasado que no se han tenido noticias de la nave.

Se rumorea que perdieron el rumbo allá en alta mar y ahora deambulan por los acantilados del norte, lo que puede haber hecho que naufraguen por las abundantes tempestades y nieblas. Con los recuerdos martirizándole la cabeza descubrió un islote que no conocía en la playa anexa al faro de Rediton, y se planteó ir a visitarla al día siguiente.

Cumpliendo lo dicho, un día más tarde nadó hasta la isla y subió con cuidado las rocas para ponerse de pie y otear el horizonte desde esa nueva perspectiva. De repente, notó un golpe en la espinilla y vio que era una botella. Reponiéndose de su dolor, y guiada por la curiosidad, se agachó poco a poco para cogerla antes de que se la llevase la marea, pero debido a las algas de la superficie de las rocas resbaló y se dio otro golpe, esta vez en la cabeza, y pudo agarrar la botella y dar un grito antes de caer inconsciente al agua.

Recobró la conciencia en el hospital, con sus padres preocupados preguntando qué había pasado. Su primera pregunta fue que dónde estaba la botella, y la respuesta se le hizo visible en la mesa de la consulta.
-¿Dónde la has encontrado Aleia?
-En el islote donde me caí
-Tú no estabas en ningún islote, te recogimos aferrada a ella en la orilla
-Me habrá levado la marea
...
-Me acercáis la botella por favor? - Aleia intenta moverse pero su padre la retiene.
-Ten cuidado, cariño, tienes que estar en reposo
-Toma hija - tercia la madre
Aleia coge la botella y ve que tiene una carta dentro.
-¿La habéis leído?
-Léela y lo sabrás- dice su madre con mirada de póker. Eso es que sí.
Me siento afortunado por llegar a alguien que me pueda leer.

Escribo esta carta de despedida. Estamos prisioneros de una especie de piratas que nso han secuestrado, y suerte he tenido de hacer esta botella volar hasta el mar para decir mis últimas palabras.
Te quiero Aleia. El fulgor del mar y la rabia del viento no han cesado de intentar borrarme del mapa, pero sólo tu recuerdo me une a la vida. Nada ha sido capaz de impedir que mi [to be continued]

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