Las peripecias del conde de Fuenlabrada


Érase una vez que se era,
nació en una madriguera,
un niño muy muy salido,
mal bautizado Cupido.

El niño creció y se hizo conde,
con un caballo de no sé donde,
siendo natural de Fuenlabrada,
roba 30 kilos de cebada,

y así huye de su tierra,
buscando vivir aventuras,
y rápido las encuentra,
con alguna que otra rozadura.

El conde de Fuenlabrada,
que nunca enemigo tuvo,
su picha como una espada,
y cojones como escudo,

cabalgaba cierto día,
por los montes de Toledo,
y encontróse hermosa niña,
sola metiéndose el dedo.

Nuestro conde to verraco,
se baja, marcado el saco,
y empotrando sus muslazos,
va y le echa tres polvazos.

Gritó y gritó como pudo,
la doncella muy exhausta,
pero al conde no le basta,
y diósela por el culo.

Así cuenta la leyenda,
que por gusto o por disgusto,
una dama en un arbusto,
pilla siempre de merienda.

Corre que te corre nuestro conde,
huye de la pasma hacia el monte,
con esto que se esconde en un hoyo,
para dar descanso a su pollo.

Pasa el tiempo y reflexiona,
que si de noche abandona,
la pasma no le va a pillar,
y así su artillería podrá salvar.

En esto que un día llega a Tolosa,
cojones tiene la cosa,
y por un bosque de pinos,
oliendo mucho a chumino,

se encontró con 100 doncellas,
putas putas todas ellas,
Se tiró a noventa y nueve,
y la otra con la regla,

a lo que dice el galante:
Con la regla y el compás
te la meto por delante
y te la saco por detrás.

A los nueve meses pasa
que la doncella en casa
muere, puede ser de dicha
o de 100 metros de picha

Así cuenta la leyenda,
que por gusto o por disgusto,
una dama con la regla,
muere de un placer injusto.

Otra vez hizo de las suyas Cupido,
y perdiendo el sentido,
desfallece en una montaña,
donde se tira a una telaraña.

La araña, asustada de tal locura
huye a la casa de un cura
A la mañana siguiente despierta el conde
preguntándose dónde se esconde.

Decide ir a casa del cura
a santificar sus pecados
mas en la casa, asustado,
el cura recuerda un predicado:

No hay sentimiento más profundo
ni dolor más inhumano,
que pillarse los cojones
con la tapa del piano,

y así es, el cura se los pillo,
y fue conocidoen Almendralejo
como el cura sin pellejo.

Basadas en un tema de El Recreo., Imagen tomada de ART ATAX 4.

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